Algunas personas parecen haber nacido con la habilidad de conseguir resultados. Y aunque pueda ser verdad que esta cualidad sea innata, también puede ser adquirida. A estas personas que consiguen finalizar ventas, lograr objetivos o captar clientes, se les llama cerradores. Tú también puedes conseguirlo, aprende a ser un cerrador en tres pasos.
- Haz que tus palabras te guíen hacia el triunfo. Si analizas una cualidad que todos los cerradores tienen en común, esta es el arte de la palabra. Todas las personas que consiguen concretar resultados tienen un vocabulario en común. Es el vocabulario hacia el éxito.
- Deja de ser difuso y concreta. Debes empezar a usar vocabulario de concreción. Si al hablar te vas por las ramas, no vas a conseguir nada. Abrir posibilidades está muy bien, pero hay que aprender a cerrarlas. Para lograr resultados hay que focalizar las acciones y las palabras hacia ello. Es importante tomar las riendas de las situaciones y dirigirlas hacia una conclusión. Cuanto más seas capaz de acotar, más fácil te resultará orientar las acciones hacia resultados.
- Entrena tu habilidad de concretar. Cuando domines esta cualidad, serás capaz de conseguir prácticamente todo lo que te propongas. Aprende a ser un cerrador, orienta las situaciones hacia la resolución. Si en una reunión se han hablado muchas cosas interesantes, pero no se logran conclusiones, despliega tu talento. No esperes a que las cosas se cierren solas o se dispersen. Propón soluciones. Acota los puntos sobre los que habéis hablado. La figura del cerrador es fundamental para obtener resultados. Aprende a incluir frases que inciten al cierre. Por ejemplo: vamos a fijar un plazo o vamos a quedarnos con las tres ideas principales de la reunión. Con la práctica, cada vez te costará menos.
Ya lo sabes, aprende a ser un cerrador. Deja de divagar y de perderte entre las nubes. Si consigues dominar el arte de la concreción, muchas puertas se te abrirán. Aunque esto no sea una garantía total para alcanzar el éxito, sí que allana de manera notable el camino. Practica tu capacidad para conseguir resultados y te sorprenderá hasta dónde puedes llegar.